La plena realización de un acto de
comunicación incluye, por tanto, los efectos que produce. En consecuencia, se
puede decir que una corriente de comunicación no puede darse por concluida hasta
tanto sus efectos no se han extinguido completamente. Los efectos de una
corriente de comunicación sobre las emociones, sobre el utillaje cognitivo que
cada uno usa y sobre el comportamiento pueden persistir durante mucho tiempo y
podrían llegar a ser eternos si los que han estado involucrados o sus
descendientes no desaparecieran nunca.
Eso quiere decir, lisa y
llanamente, que la comunicación se acumula y que un incremento exponencial de
comunicación produce una acumulación de efectos doblemente exponencial. Es
importante valorar esos pormenores, en el momento de ponerse a hablar de la
eficiencia de una corriente de comunicación.